jueves, 11 de abril de 2013

Alimentación en el embarazo y la lactancia


 

El embarazo es uno de los periodos donde la nutrición cobra un papel preponderante para la salud de la mujer, así como para la formación y desarrollo del bebé. Una deficiente o desequilibrada nutrición materna tiene efectos, no sólo sobre el peso de nuestros hijos, sino también sobre su metabolismo, crecimiento y velocidad de división celular en todos los niveles. Antes de iniciar su embarazo, es necesario que las mujeres logren el control de su peso, para que conforme la gestación avance, exista un incremento ponderal de acuerdo a las necesidades de cada mujer, con base en  la siguiente recomendación:  

 

CATEGORÍA DE PESO           IMC*             RECOMENDACIÓN DE GANACIA DE PESO 

Bajo peso                            <19 .8="" nbsp="" span=""> 12.5 – 18 kg 

Adecuado                          19.8 - 26                            11.5 – 16 kg 

Sobrepeso                           26 - 29                              7    – 11.5 kg  

Obesidad                              > 29                                 7  –   11.5 kg 

Datos obtenidos del subcomité en Estado Nutricional y Ganancia de Peso Durante el Embarazo y el Subcomité en Ingesta Dietética y Suplementos Nutricionales durante el Embarazo. *IMC = Índice de Masa Corporal 

 

En muchas mujeres embarazadas existe la duda de qué tipo de modificaciones deben hacer en cuanto a su régimen alimenticio. Muchas tienen la idea errónea de que  se debe de comer por dos y le dan rienda suelta a los antojitos, subiendo de peso más de lo necesario y comprometiendo su salud y la de su bebé. También hay mujeres embarazadas que, por el contrario, creen que deben de estar a dieta para no subir de peso, lo  que representa un error. Así como ninguna mujer embarazada debe faltar a su cita con el ginecólogo, lo ideal es que también acudieran al nutriólogo para que les oriente y ayude a diseñar un esquema alimenticio a su medida. El embarazo es un estado, aunque si bien natural, totalmente diferente y con distintos requerimientos. Nuestra misión de velar por la salud y bienestar de nuestros hijos empieza mucho antes de que nazcan.  

 


Es importante señalar que,  todas las mujeres embarazadas, sin condiciones de enfermedad o situaciones especiales, deben tener una dieta balanceada, situación que le garantizará todos sus requerimientos especiales sin la necesidad de utilizar suplementos alimenticios.  

 

Ahora bien, se recomienda el uso de suplementos alimenticios en casos específicos como lo son: IMC bajo, abuso de sustancias nocivas, madres adolescentes, intervalos breves de embarazos (menor a 2 años entre cada embarazo), antecedentes de bebés con bajo peso al nacimiento o gestaciones múltiples; esto de acuerdo con el Instituto de Medicina en Estados Unidos. Recuerden, no toda mujer embarazada necesita suplementos alimenticios. En ocasiones, se prescriben por incertidumbre sobre el estado nutricional y la alimentación de  la mujer. Cada mujer es diferente y única, por lo que requiere de una nutrición confeccionada solo para ella. 

 

En cuanto a las recomendaciones generales, es importante que las mujeres embarazadas conozcan los alimentos en donde pueden encontrar los diversos nutrimentos que requieren durante su embarazo y cuál es su función. Ser conscientes de cuánto puede ayudar una buena alimentación fortalece nuestra decisión de llevarla a cabo. 

 

·                    Consumir gran cantidad de frutas y verduras, ya que estas son excelente fuente de fibra, vitaminas y minerales. La fibra mantiene a la madre con una adecuada función intestinal, disminuyendo molestias durante el embarazo. Las vitaminas y minerales actúan como ladrillos para la formación del bebé. También son antioxidantes que protegen a la nueva madre, sobretodo en ciudades contaminadas. 

 

·                    Ingerir productos de origen animal como carnes magras, huevos, lácteos; que aportan una suficiente y adecuada cantidad de proteínas. De igual manera, las leguminosas como frijoles, lentejas y garbanzos, entre otros, son una económica fuente de proteína y hierro. Las proteínas y el hierro intervienen en el adecuado desarrollo y crecimiento del bebé, previniendo además anemia en la madre, con sus nocivas consecuencias.   

 

·                    Alimentos ricos en calcio como los granos (almendras, amaranto para hacer las famosas lechadas), lácteos y otros alimentos, como la tortilla de maíz y las sardinas, ayudan a disminuir el riesgo de osteoporosis en la madre y en la formación del esqueleto del bebé. Para un mejor aprovechamiento del calcio a través de la vitamina D se recomienda exponerse al sol durante 10 a 15 minutos diarios; con la adecuada protección solar, ¡claro! 

 

·                    El ácido fólico  es importante sobre todo en los primeros tres meses de embarazo, ya que reduce el riesgo de malformaciones del sistema nerviosos central y de la columna del feto. Las fuentes de ácido fólico son verduras de hoja verde oscura (como la espinaca), huevo, hígado, leguminosas, cítricos (naranjas, toronjas, limones y mandarinas), además de pan y tortilla elaborados con harinas fortificadas 

 



Deseo concluir este artículo recordándoles la importancia de la nutrición antes, durante y después del embarazo. La mejor manera que tienen las recién estrenadas mamás de recuperar su hermosa figura es a través de la lactancia materna. No es momento de ponerse un régimen riguroso para bajar de peso. Mucho menos prescindir de nutrientes indispensables para el bebé y la madre. Existe una fuerte tendencia a restringir alimentos, como los lácteos, para disminuir el riesgo de alergias alimentarias en el bebé. Desafortunadamente, olvidan suplementar a la madre con calcio y vitamina D, poniéndola en riesgo de osteoporosis. Cualquier restricción alimenticia debe ser indicada de manera juiciosa por parte del personal de salud, sobretodo porque no hay nada comprobado en cuanto a su impacto benéfico en el bebé. En cambio, sí puede perjudicar a la madre y en consecuencia, a su peque. La lactancia materna impone demandas nutricionales, sobre todo para la mujer que amamanta a su bebé de manera exclusiva. En la mujer que lacta es recomendable un aumento en el consumo de la mayor parte de los nutrimentos, siempre supervisadas por un nutriólogo, para lograr un equilibrio el cual es individual. No es necesario comer más para tener más leche materna. El principal determinante de cuánta leche produce la madre es la frecuencia con la que alimente a su bebé. El requerimiento alimentario recomendado para las necesidades energéticas durante la lactancia es de 500 kcal/día adicionales a sus requerimientos previo el embarazo.  

Las invitamos, mujeres hermosas, a cuidarse y amarse hoy, mañana y siempre. Hagan de una alimentación balanceada y diseñada a su medida, la piedra angular de su salud, en cada momento de la vida. 

 

Cuauhtémoc Vargas Alvarado 

Licenciado en Nutrición y Activación Física 

http://www.atin.mx/cuau.html 

 

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